miércoles, 29 de febrero de 2012

Si fueras solo la mitad,me sobraría otra mitad

Uno de cada diez días querría convertirse en agua. Deslizarse por inercia entre las nubes y el suelo, tropezar con alguna mejilla húmeda, con algún beso de película, con alguna lágrima que juega a ser lluvia.
Y lo mejor de todo sería cuando saliera el sol. Después de la tormenta, sin dejar que el gris acabase con el verano.
Dicen que las tormentas de verano llegan sin avisar, y pasan rápidas, volviendo a la calma en apenas unos minutos. Por eso, cuando las viera venir, sacaría los vestidos más blancos, las sandalias con más tacón, y saldría, a bailarle el agua a todas las tormentas del mundo. Recorrería uno a uno los rincones donde buscaban la sombra dos cuerpos en verano. Donde ahora pretendía encontrar el sol. Que, dicen, siempre termina saliendo.

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