Y justo entonces, llego a rozar la calma, cada vez que lo hace, cada vez que sonríe.
Nosé cómo ni de qué forma, ni la razón por la que reacciona así, pero
basta estar en la peor situación, para que llegue y te la convierta en
una de las mejores. Y podría perderme en sus ojos, en cada gesto, en cada estupidez que sale por su boca, en la forma en que rechista, o en la forma en que se excusa..
En cada detalle, en cada abrazo, en cada beso, en cada por qué, o en uno de tantos te amo, por hacer una única excepción. Tal vez tenga la virtud de hacerlo, de hacer cambiar un estado de ánimo a otro completamente diferente, teniendo en cuenta su presencia, y sin motivo alguno, o simplemente por el tiempo, o por la confianza adquirida a lo largo de lo años. Y seguiré
riendo, llorando, encontrando excusas fáciles, o mis más propias
confusiones, pero sin lugar a duda, siempre habrá una única forma de
calmarme y sentirme bien, y eso me basta.. El lo hace cada vez, cada vez
que sonríe.
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