lunes, 13 de febrero de 2012

Seran sus ojos sera su boca o sera eso lo que yo siento cuando me besa

Él tiene la piel del color del café tostado y molido reposando sereno sobre el filtro de la cafetera. Los ojos enormes, redondos, protegidos por unas cejas firmes y rectas miran a su alrededor bien abiertos, no vayan a perderse algo. Encerrados en un candado cuidadosamente delimitado, unos labios oscuros y suaves, gruesos, desdibujados en los bordes forman una leve almohada donde cualquiera que repose olvida el cansancio.
Ella es dorada, la piel como la flor de la vainilla (pero preferiría que sus mejillas tuvieran el tono de una fresa madura). Los ojos rasgados, achicados mientras vigilan lo que sucede a su alrededor se mueven impacientes sin detenerse demasiado. Labios finos casi invisibles, apenas una sombra translúcida y resbaladiza que pasa tan inadvertida como para que nadie se detenga a considerar su etérea existencia. Con todo lo que arrastra.
Dos pares de ojos negros como el carbón se encuentran.
Para hacer costumbre unos se abren un poco más,los otros se entrecierran.
Y mientras se pregunta qué sabor saldrá de semejante combinación, él decide apretar el botón de la termomix.

-¿Sabes que llevas la aurora boreal en los ojos?

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