martes, 17 de enero de 2012

Celosa de todo lo que te roza y me quita un trocito de ti.




¿Sabes lo que siento cuando clavas tus pupilas en mí? Muero. De veras, en esos momentos paso a otro cielo, a tu propio cielo. ¿Y sabes? Es maravilloso. No siento que floto entre nubes blancas ni que una brisa fresca y suave me acaricia la cara. Cuando tus pupilas me encuentran entre tanta gente lo único que deseo que me acaricie, son tus manos. Que recorran mi rostro, se paren en mis orejas y te acerques, y me susurres al oído que me quieres, por encima de cualquier pero. ¿Y sabes por qué no hay nubes esponjosas y blancas? Porque las de tu cielo son de algodón de azúcar, y me las como. Trocito a trocito. Dibujando sonrisas entre mis labios color rosa.¿Qué me dices? ¿Me llevas otra vez a tu cielo?

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