Desde el primer día me prometiste
ser el creador de mis sonrisas en los días de invierno, prometiste que serías
mi compañero de bailes bajo la lluvia y el que me llevaría de vez en cuando a
cenar. Me
dices que a mi lado vuelass tan alto, que el cielo dejo de ser tu meta.
Me recuerdas una y otra vez que no se te ocurre un mejor paraje que mi piel, y
que cada noche sueñas con una de mis
caricias. Me prometiste, desde aquel uno de noviembre, que siempre serías mío y que
yo siempre seré tuya. Tus
palabras hacen que mi mente se dispare, y aunque te lo niegue a mi mente eso
le encanta. Me prometiste que serías tú lo primero que vería cada despertar y
que cuando llegará la noche tu abrazo me haría olvidar mi miedo a la oscuridad.
Me prometiste que jamás conoceríamos la rutina, y que la vida juntos sería de
otro color, que nunca nos rendiremos, que lo nuestro vale la pena.
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